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Perspectiva de León
El Palacio Imperial de Adenber.
Este lugar, comúnmente conocido como el Segundo Palacio Imperial, era un Palacio Imperial recién construido alejado de la capital del Imperio.
Hasta hace 10 años, para explicar el Imperio, era necesario utilizar la expresión “el país que controla la mitad del Continente”. Pero ahora no, ahora dominaba todo el Continente.
«A partir de ahora, tengo que limpiar las cosas problemáticas rápidamente» esto es lo que había dicho León.
Y este fue el resultado de que León, recién coronado como Emperador, se centrara en la conquista de territorios. El Imperio se expandió hasta el punto que fue necesario construir otra capital para un gobierno más eficiente. Así que fue este el lugar que se decidió como Segunda Capital del Imperio, donde antes estaba el Reino de Adenber.
León pasaba la mitad del año en la Capital Imperial y la otra mitad aquí en Adenber, un lugar muy al sur de la capital original. Este lugar era muy cálido incluso en el invierno debido al viento cálido que soplaba desde el mar interior del Imperio. Por esta razón, León venía aquí en invierno para ocuparse de los asuntos de estado.
***
Una joven caminaba sola por el jardín del Palacio Imperial de Adenber. Con un cabello rubio, como la luz del sol que le llegaba hasta la cintura, con unos ojos azules más oscuros que el mar interior de Adenber, y con unas mejillas regordetas que aún conservaban la grasa de un bebé, que hacían que cualquiera quisiera tocarle las mejillas al menos una vez.
Pero aquí no había nadie que se atreviera a hacerlo.
La chica corrió por el jardín y se acercó a la entrada del Palacio. Entonces, el sirviente que la estaba esperando, se inclinó profundamente y dijo:
«Su Majestad la está esperando».
«¿De verdad? ¿Dónde está?»
«En la Sala de la Gloria».
Antes de que el sirviente pudiera terminar de hablar, la chica corrió rápidamente hacia el interior. El sonido de unos pasos ligeros sonó en el vestíbulo. Los sirvientes se apresuraron a seguirla, pero la chica ya había desaparecido.
***
«Su Majestad, creo que sería correcto movilizar a los militares».
«Yo lo había dicho claramente. No quiero ver sangre en Adenber».
Cuando León dijo eso, frunció el ceño y se presionó la sien con el dedo.
“Pero a medida que pasan los días, el poder de ese grupo crece”.
La expresión de León se contrajo en el momento en que el sirviente le recordó a “ese grupo”.
“Me haces reír. ¿Desde cuándo crees que ellos han empezado a pensar en la Santa?”
«Su Majestad, son…»
“Lo sé. Ellos quieren hacer una especie de rebelión reuniendo a la gente con el pretexto de la Santa. Quieren ser el punto de partida de una gran travesía para derribar el Imperio y así dejar sus nombres en la historia del Continente. Qué molesto hablar de esto de nuevo. Si estaban tan preocupados por la Santa, deberían haber venido corriendo y sacrificar su vida el día en que el Gran Templo se derrumbó. Cuando apareció la bestia mágica, la gente que se metió en el túnel y se escondió, ahora estaba preocupada por la Santa…»
Después de tanto tiempo. León suspiró con una cara llena de irritación.
Hace unos meses, un grupo de personas comenzó a reunirse en torno a Adenber el cual clamaba por la reconstrucción del Gran Templo, y exigían el regreso de la Santa al Imperio. Al principio, León pensó que se trataba de otro de los grupos que se extendían a lo largo del Continente, pero el líder de este grupo aumentó su poder rápidamente y con más fuerza de lo que esperaba. Una persona que hacía buen uso de su cabeza y de su lengua.
Si sólo se hubiera gritado la reconstrucción del Gran Templo, habría actuado en consecuencia, pero este grupo de personas comenzó a exigir el regreso de la Santa. El regreso de Santa Yvelina, y no el de la Santa Iris.
La opinión sobre Iris, la Santa que tuvo el mandato más corto en toda la historia del Gran Templo, seguía dividida entre si realmente era una Santa o no.
Sus milagros eran sólo unos pocos incidentes en las afueras del Continente, y el número de testigos no era grande. Además, después de llegar al Gran Templo, Carl, que era el Sumo Sacerdote en ese momento, bloqueó el acceso de la gente, diciendo que estaba protegiendo a la Santa. Como resultado, el número de personas que conocieron a la Santa Iris en persona y vieron su Poder Sagrado fue muy pequeño, y la mayoría murió el día en que el Gran Templo se derrumbó.
Por otro lado, la Santa Yvelina fue una Santa que pasó oficialmente por una Ceremonia de Sucesión, aunque estaba corrompida y perdió todo su Poder Sagrado al final. Ella le había mostrado el milagro de Dios al mundo salvando personas antes de llegar al Gran Templo y se convirtió en una Santa a una edad temprana.
Con el tiempo, los recuerdos tienden a desvanecerse. Tras el colapso del Gran Templo y la desaparición de la Santa, comenzaron a aparecer en el Continente muchas más bestias mágicas que antes, y la gente empezó a extrañar más el pacífico pasado.
Además, nadie sabía dónde se encontraba Iris desde el último día de la guerra ocurrida en el Gran Templo, pero ¿acaso Yvelina no se encontraba a salvo gracias a su matrimonio con el Emperador?
‘Por eso habían comenzado los rumores’.
Mientras apoyaba su barbilla con su mano, León recordó los rumores que circulaban sobre Lina y él.
Uno de los más destacados era el rumor de que se casó por la fuerza con la Santa y luego la mató para quedarse con la propiedad y el poder del Gran Templo.
‘En realidad, era cierto que tenía el control sobre la propiedad y la tierra del Gran Templo…’
Desde que se casó con la Santa, administraría las posesiones de ella en su nombre. Así que el Templo que Aslan no pudo destruir por completo, las reliquias y tierras que aún quedaban allí, pasaron a manos del Imperio.
‘Pero él no la mató’.
‘¿A qué se referían con que él la había matado?’ cuando esperaba todos los días para ver si se podía poner en contacto con ella.
‘Pero hace mucho tiempo que no sabía de ella… No le había pasado nada. ¿cierto? Latban estaba con ella, así que no tenía que preocuparse…’
La puerta se abrió mientras León ignoraba el alboroto de sus sirvientes y se sumergía en sus pensamientos sobre Lina.
«¡Papá!»
«¡Leona!»
En cuanto vio a la chica que abrió la puerta, León se levantó de un salto y abrazó a la niña que había corrido y dado vueltas.
«¿Has tenido un agradable recorrido en el jardín? ¿Cómo fue?”
«¡Todo fue igual! Creo que el jardinero lo cuidó bien».
«¿De verdad? Al verte tan feliz, debería darle una gran recompensa… ¿Qué están haciendo? Dense prisa y salgan».
León, que hasta hace un rato estaba sentado con el ceño fruncido, agitó sus manos, indicándoles a sus sirvientes que se retiraran, con una brillante sonrisa como si nunca hubiera estado enojado. Al verlo de esta manera, todos se retiraron con una expresión confusa que no pudieron evitar hacer. Qué otra cosa podría ser, su Emperador no se mostraba implacable con las cosas que los molestaban en presencia de su hija.
Mientras sus sirvientes se retiraban, León besó las mejillas de Leona que estaba en sus brazos. Realmente, era una niña encantadora cada vez que la veía.
Leona, la Princesa del Imperio y la única hija del Emperador.
Hace unos seis años, cuando el Emperador que había acudido al palacio separado por un tiempo, trajo a una niña recién nacida y dijo que era su hija, todo el Imperio se sacudió. Las personas no estaban seguras del matrimonio del Emperador.
La boda de la que solamente los Caballeros fueron testigos. La Santa que no aparecía porque se estaba recuperando tras la caída del Gran Templo. ¿No había un rumor de que el Emperador la había asesinado hace mucho tiempo? Sin embargo ¿tiene una hija?
Al frente de sus sirvientes, que no podían hablar, León abrazó cuidadosamente a la niña como si estuviera sosteniendo lo más preciado del mundo.
“Creo que se parece a mí. Se llama Leona ¿No es bonito su nombre? Se lo di para que todos sepan que es mi hija”.
Frente a León, que dijo eso, nadie se atrevió a preguntar: “¿Realmente es la hija de Su Majestad?”. El primer año que León trajo a Leona, todo el mundo murmuraba sobre la historia de la Princesa Leona y se preguntaba si realmente era la hija del Emperador. No, la verdadera pregunta que se hacían era si realmente ella era la hija de la Santa. Todos esperaban que la niña creciera en medio de esas preguntas.
Leona creció más rápido que otros niños. Debido a esto, un año después, todos en el Palacio Imperial pudieron ver a Leona paseando con su cabello dorado brillante atado con bonitas cintas. Cuando León la abrazó, todos no tuvieron más opción que verlos como padre e hija, ambos con el cabello rubio y ojos azules. Luego la gente recordó que la Santa también tenía el mismo color de cabello y de ojos.
León abrazó a Leona y se dirigió a la terraza. León se sentó en una silla mullida y besó la cabeza de Leona que estaba entre sus brazos. El singular y acogedor olor de la niña lo alivió. Leona sonrió como si estuviera contenta con el comportamiento de León y habló como si de repente recordara algo:
«Por cierto, papá. Oí un ruido fuerte , así que trepé por la pared y vi mucha gente reunida afuera».
«Oh…»
‘Eran los grupos de los que hablaban sus sirvientes hace un rato’.
«La gente decía que entregaran a mi madre».
«…….»
La expresión de León se volvió fría al escuchar las palabras de Leona. Los había dejado porque no quería un derramamiento de sangre mientras estaba aquí de vacaciones con Leona. Por supuesto, había otras razones, pero esa era la razón más importante de todos modos.
‘¿Debería matarlos a todos?’
Cuando León estaba pensando eso, Leona sonrió alegremente y dijo:
«¿Debería matarlos a todos?»
«…….»
«¿Papá?»
Como si hubiera dicho algo extraño, Leona extendió su mano y lo llamó, agarrando la cara de León. León miró a Leona en silencio durante un momento.
«Leona…»
Leona se puso un poco nerviosa al escuchar su voz, que parecía un poco titubeante. ‘¿Había dicho algo malo?’
En ese momento, León abrazó a Leona con una sonrisa, ya que no sabía qué hacer con ella que era tan bonita y tierna.
«¿Cómo es que mi hija conoce tan bien a su padre? Pero Leona no tiene que hacerlo ella misma. Ese es el trabajo del padre».
«Pero…»
«Todavía eres joven, así que déjale esto a tus mayores».
«Entonces, ¿puedo matarlos cuando crezca?»
«Si están vivos hasta entonces, podemos considerarlo».
León extendió su mano y puso las galletas en la mesa en la mano de Leona, mientras pensaba en cómo el Funcionario de Educación Imperial se desmayaría echando espuma si lo oyera. Leona sostuvo la galleta mientras apoyaba su espalda en el pecho de León y luego comenzó a comer con una mirada alegre.
En un instante, la galleta desapareció en su pequeña boca. Leona se acercó a la mesa y tomó otra galleta. Una galleta con una gran nuez incrustada se partió en dos en las manos de Leona.
«Hmm…»
Leona miró los pedazos de galleta en sus manos durante mucho tiempo. Las galletas de nuez eran las favoritas de Leona. Ella iba a controlar bien su fuerza para dividirlas por la mitad. Por desgracia, la nuez del centro no se dividió por la mitad y quedó solamente en un lado. Leona, que estaba agonizando al ver esto, le dio a León el trozo que tenía la nuez incrustada.
«Esta es para mi padre».
Leona, después de que le dio a León este pedazo en la boca, mordió su pedazo de galleta más pequeño con una expresión de felicidad. Leona, que llevaba mucho tiempo comiendo su galleta, de repente giró su cabeza y miró a León y le preguntó sorprendida:
«Papá, ¿estás llorando?»
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