
«Daisy».
«¿Eh? No se supone que debes estar aquí». Daisy arrugó la cara tan pronto como vio a Arielle.
«¿No estás bajo una orden de alejamiento?»
«Supongo que no te has enterado. Me es permitido entrar ahora».
«Ah, ¿esa escena que montaste?»
Con una sonrisa en su rostro, Arielle apretó los dientes en silencio.
«De todos modos… la orden fue revocada».
«¿Fue cancelada?»
Arielle se acercó lentamente al pie de la escalera donde estaba Daisy. «Como dijiste antes, Su Alteza es una persona benevolente y compasiva. Debido a que todo salió bien al final, fui asignada como su sirvienta personal a partir de hoy. Y ahora estoy en camino de hacer mi primera tarea».
«¿…Pero por qué te estás acercando tanto?»
«Porque hay algo de lo que necesito hablar contigo».
«¿Perdón?»
«Su Alteza estaba diciendo que su tiempo a solas contigo fue muy agradable».
«Vaya, ella misma podría haberme dicho eso. ¡Su alteza no debería haberlo hecho!». Daisy se llevó las manos a las mejillas y torció el cuerpo de un lado a otro. Por un momento, la comisura de la boca de Arielle tembló pero inmediatamente se repuso.
«Quizá por eso es la razón por la que dijo que tenía algo que quería que hicieras en secreto. Solo necesitas entregar esta nota. ¿Lo entiendes?»
«¿A quién? ¿Ahora?»
Arielle agarró el antebrazo de Daisy y tiró.»No es una sugerencia sino una orden, por lo que sería bueno que la sigas. Por supuesto, ya que eres tú, definitivamente lo harás, ¿verdad? Dijiste que trabajarías duro para Su Alteza». Ella asintió con la cabeza con un ligero desconcierto. Luego, con una sonrisa de satisfacción, Arielle bajó la voz y susurró:
«Ahora mismo en el palacio exterior…»
En ese momento la muñeca de Arielle, que había estado sosteniendo la nota, se levantó en alto.
«¿Qué?». Ante la fuerte presión, Arielle arrugó la cara, giró la cabeza y luego se congeló. «¿A qué se refiere con qué? Soy yo, Arielle».
La que estaba agarrando la muñeca de Arielle y mirándola con una lenta sonrisa, era la Princesa.
Ella fácilmente tomó la nota en la mano de Arielle y la agitó.
«No creo recordar haber pedido nada».
Arielle la miró con incredulidad.
Le solté la muñeca y di un paso atrás.
«Echemos un vistazo a esta orden que supuestamente escribí», dije. Manteniendo mis ojos fijos en Arielle, abrí lentamente la nota.
«Su Alteza, yo estaba— lo que quiero decir es…» Los ojos de Arielle se movían frenéticamente por toda la habitación . Señalando con el dedo, comencé a leer lentamente las palabras escritas en la nota en voz alta.
«Como gesto de bienvenida, le envío un regalo con la esperanza de que se recupere bien de la fatiga de sus viajes… Todavía es una chica joven e inocente, así que se adaptará a los gustos de Mi Señor».
«¡Su Alteza! ¡P-puedo explicarlo! Por favor…»
«Estoy segura que entenderá lo que quiero decir cuando digo que no necesita devolverla. Diviértase… Y encárguese del resto…» Incapaz de leer hasta el final, arrugué la carta en mi puño tembloroso.
Había recibido noticias de que, desde hace unos días, aristócratas de otras regiones llegaban a la capital para asistir a la Gran Asamblea.
«…»
«Plaf». Al mismo tiempo que mi mano se abrió y el papel arrugado cayó al suelo.
«¡Ahl!»
‘¿Cómo te atreves…?’
Con una mano, agarré el dobladillo de la ropa del cuello de Arielle. Arielle avanzó tambaleándose unos pasos en mi dirección.
«Arielle, Arielle», le dije.
«…»
«Esto fue bastante convincente. Realmente lo fue. Si se tratara de la verdadera Princesa, nadie se habría sorprendido por esa nota». Mis labios se torcieron en una sonrisa. «Estoy segura de que todo el mundo habría creído que yo estaba detrás de esto después de que ocurriera».
«…»
«Eso es lo que estabas pensando cuando lo planeaste ¿No es así?». Al ver a Arielle mantener la boca cerrada como una almeja y bajar la mirada ahora que se sentía en desventaja, sentí que mi ira aumentaba.
Dado que había actuado inmediatamente después de salir de la habitación, significaba que lo había planeado de antemano. Un plan dirigido específicamente a Daisy.
«¿Por qué demonios intentaste algo así?» pregunté. «¿Qué ganas con utilizar a esta niña de esta manera?»
«…»
Arielle siguió sin responder. Sin duda alguna estaba pensando en una manera de salir de esta situación. Pero ella no encontraría una forma de salir de ésta. Porque yo no tenía ninguna intención de calmar mi ira, sin importar qué.
Al final, la cara de Arielle se desmoronó y se mordió el labio.
¡Ding!
¿Quieres intentar detectar la debilidad de la Princesa Elvia? (intentos restantes 1)
Intento en curso. 3%…
21%…
«¡Respóndeme!» Grité, apretando mi agarre alrededor del cuello de Arielle.
78%…
91%…
¡El descubrimiento de la debilidad fue un éxito!
‘¿Qué?’
Has usado 1 intento para detectar una debilidad (intentos restantes 0).
¿Deseas verificar la “Debilidad del Objetivo”?
Sí.
No.
Ahora que lo pienso, la primera vez que había visto la ventana de la »Detección de la debilidad del Objetivo’’, fue cuando estuve a solas con Daisy.
No se me había ocurrido antes, pero si alguien más hubiera presenciado esa escena… ‘Entonces fue por mi culpa. Fue por mi culpa que esta niña había estado a punto de ser una víctima…’
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Una debilidad bastante inútil (017)
[Personaje] Daisy Ferren (16)
Aunque no es un fracaso, esta debilidad es insignificante y podría ser una pérdida de tiempo. Esta debilidad sólo provoca la ira de la Princesa. Se recomienda simplemente enterrar este conocimiento y no sacar más provecho de él. Eso, si se desea vivir.
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La expresión de Arielle se ensombreció. Mientras observaba su rostro, una risa histérica estuvo a punto de escaparse de mis labios antes de contenerme. Y aunque percibí que Daisy se apartaba y contenía la respiración, aterrorizada por mi furia…
«¿Por quién la tomas?», grité.
Seguí adelante sin darle a Arielle la oportunidad de responder. «¡Cómo has podido hacer algo así! ¡¿Cómo puedes ser tan cruel?! ¿De dónde has sacado una idea tan vulgar y vil?»
La sacudí violentamente de un lado a otro. Entonces, ella me miró directamente a los ojos y gritó:
«¡Todo fue por usted, Alteza! ¡Solo quería ayudarla! ¡Quería ser perdonada por mis errores pasados! ¡De verdad! El aristócrata al que estaba tratando de enviar a esa chica controla el poder en el sur—»
«¡Arielle!», grité.
Incluso yo me sorprendí de la ferocidad mi tono, mientras mi voz rebotaba en las paredes. ‘¿Cuánto más tengo que estar decepcionada de ti para que todo esto termine?’
Cerré los ojos por un momento y me esforcé por calmarme. Una voz tranquila fluyó de mis labios.
«Estoy muy agradecida de que te preocupes tanto por mí», dije.
Estaba segura de que Arielle se había quedado sorprendida por el brusco cambio de mi tono.
«Ahora que lo pienso, no es tan mala idea».
De repente, junto a nosotras, Daisy empezó a tener hipo.
Solté el cuello de Arielle y recogí la nota del suelo. Luego agarré su mano, la atraje hacia mí y la obligué a agarrar el papel.
«Deberías irte» dije con dulzura, tomé su mano entre las mías y le di un amistoso apretón.
«¿Perdón…?»
Cuando Arielle instintivamente trató de apartar las manos, las agarré con firmeza y repetí:
«Tú…»
«Arielle, ¿Cómo te atreves a dejar tu lugar asignado? ¿Estás en tu sano juicio?» gritó una voz alta y desconocida.
Cuando giré lentamente mi cabeza hacia atrás, vi a una mujer vestida con un traje tradicional y con el cabello gris recogido en un moño, sin un solo cabello fuera de lugar, como también la doncella principal de mi palacio. Cuando nuestros ojos se encontraron la doncella inclinó la cabeza profundamente.
«…Su Alteza», dijo.
La mujer a su lado también mostró su respeto un segundo más tarde. Hicieron ver que estaban aquí por Arielle y que no me habían reconocido al principio, pero no fue difícil deducir que me habían interrumpido intencionalmente antes de que pudiera terminar mi frase.
«¿Quién es ella?», pregunté.
«Soy la doncella principal del palacio de Su Majestad (el Emperador)», respondió la dama.
¡Ah! Recordé haberla visto un par de veces durante mis comidas con el Emperador.
Tuve un mal presentimiento. ‘¿Por qué había venido la doncella principal del palacio del Emperador a buscar a Arielle?’
Se acercó a nosotros y se puso al lado de Arielle. Luego bajó la mirada y dijo:
«Su Alteza, por favor perdone nuestra impertinencia».
Luego se volvió hacia Arielle y levantó la voz, asegurándose de que yo también escuchara las palabras que iban dirigidas a Arielle. «No importa si actuabas siguiendo órdenes. Este es el palacio de Su Alteza. No debes actuar por tu cuenta. ¿No ves cómo has enfadado a Su Alteza?»
«Mi señora», comencé.
«¿Sí, Su Alteza?»
«¿De qué está hablando?»
¡Ding!
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Atención del Emperador – 1
Has robado dos hombres a la Princesa y aún así has conseguido sobrevivir a su ira. Ahora la curiosidad del Emperador se ha despertado y desea saber más sobre ti. Mientras continúe su curiosidad, nadie en este palacio puede hacerte daño. Ni siquiera la misma Princesa.
Sin embargo, el Emperador es imprevisible y se aburre fácilmente. Realiza 6 encuentros fortuitos con él antes de que se le acabe la curiosidad.
[Duración de la curiosidad]
1 Día 23:59:09 (*La duración puede renovarse).
[Progreso actual]
Encuentros fortuitos: 0/6
[Recompensa por el éxito]
Acceso a la ruta especial: Alpoche Enje Cecilia.
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‘Vamos, ¿acceso a una ruta? ¿es enserio?’
Era la primera vez que aparecían las palabras «ruta especial». ‘¿Y no era “Alpoche” el nombre del Emperador actual, el hermano de la Princesa?’ No es de extrañar que sintiera escalofríos en la nuca. Parecía que el Emperador estaba ahora maquinando para matar a su propia hermana.
De ninguna manera dejaría que eso sucediera. Pero en este momento, tenía asuntos más urgentes y exasperantes en los que concentrarme.
«Mientras continúe su curiosidad, nadie en este palacio podrá hacerte daño. Ni siquiera la misma Princesa».
Aprovechando el hecho de que mi agarre se había aflojado, Arielle apartó apresuradamente sus manos.
Cuando la nota cayó al suelo, la doncella principal cogió ágilmente el papel y lo ojeó inexpresivamente.
«Mis disculpas por las molestias, Su Alteza», dijo
«¿Crees que pedí una disculpa?»
«Su Alteza, todo fue obra de Su Majestad—»
«No tengo ninguna intención de darle a Arielle. Al menos no en este momento».
Realmente no iba a enviarla en el lugar de Daisy. Pero tenía que hacerlo para que ella no quisiera volver a hacer algo como esto nunca más.
«Su Alteza. Por favor cálmese. Su Majestad ordenó por separado a esta doncella que lo hiciera. Si quiere castigar a alguien, por favor, castígueme a mí, ya que fui yo quien entregó las órdenes de Su Majestad a esta chica».
Como si tuviera que creer eso. Todo esto era parte del plan de Arielle para encontrar mi debilidad. No había manera de que el Emperador pudiera tener una mano en esto. Pero podía ver a qué estaba jugando. Si castigaba a alguien que seguía las órdenes del Emperador, no sería diferente a faltarle el respeto al propio Emperador. Ahora mismo, ella estaba tomando prestado el poder del Emperador sólo para salvar a Arielle, ya que Arielle era alguien por quien el Emperador se había interesado.
«¿Dices que es una orden de Su Majestad?», pregunté. «¿Afirmas eso, incluso después de leer la nota?».
De todos modos, solo habrías descubierto lo que hizo Arielle después de leer esa nota.
«No me atrevo a entender la intención de Su Majestad, pero viendo cómo Su Alteza ha sido indiferente hacia a los aristócratas de la región, me pregunto si no estaba tratando de establecer conexiones para usted incluso hasta el punto de tomar prestado su nombre».
‘¿Podrías hacer más obvio que estás mintiendo? Con qué facilidad y desvergüenza mintió’.
«Como a Su Majestad le gustaría volver a ver a esta chica, si pudiera posponer el castigo por venir aquí desafiando sus órdenes…» continuó suavemente, sin pestañear. No sabía cuánto más podía soportar su lengua mentirosa. Mi interior hervía de rabia.
«¡Aún así!» exclamé. «¡Aunque sea Su Majestad! ¡No permitiré que nadie se lleve a alguien de mi propio palacio! Hablaré con Su Majestad sobre esto inmediatamente. Antes de eso, nadie podrá llevársela. ¿Está claro?»
«¡Tú, allí!» A mi llamada, un guardia que estaba al final del pasillo se apresuró a bajar las escaleras.
«¡Enciérrenla!» En ese momento, yo era verdaderamente la Princesa. Me di la vuelta y comencé a caminar, y antes de darme cuenta, estaba corriendo. Me quité los zapatos de tacón para que no me estorbaran.
Pronto, respirando con dificultad y descalza, llegué frente al palacio del Emperador, sobresaltando a los caballeros que montaban guardia, y antes de que pudiera decir una palabra, las puertas se abrieron para mí.
Desde allí me dirigí directamente al despacho del Emperador.
Pero entonces vi que alguien corría desde la otra dirección e irrumpía en el despacho justo antes que yo. ¿Había llegado demasiado tarde? Me apresuré a seguirle dentro, jadeando.
El hombre, vestido con un uniforme verde de chambelán, ya estaba susurrando algo al oído del Emperador. Pasé entre los guardias y los sirvientes que no se atrevían a detenerme -seguro que mi aspecto desquiciado ayudó- y marché, descalza, hasta el Emperador.
«Ah, Via, sólo estaba… Espera, ¿por qué tienes ese aspecto?»
Entonces, ¡Bam!
Haciendo ruido a propósito, puse mis manos en el apoyabrazos de la silla en la que estaba sentado el Emperador.
«Su Majestad», empecé.
«¿S-sí?».
«¿Es cierto que llamaste a Arielle?»
«… Debes estar muy enojada porque di esa orden sin que lo supieras», respondió.
‘Mentiroso. Y te llamas a ti mismo Emperador’.
Incluso si trataba de presionarlo sobre su verdadero propósito aquí, era imposible que me dijera la verdad. Bajé más la cabeza y lo miré a los ojos. El rostro de él, que estaba cubierto por mi sombra, se arrugó como si se estuviera profundamente preocupado.
«Arielle no vendrá», dije.
«…»
El rostro del Emperador se puso rígido gradualmente.
«¿Estás diciendo que desobedecerás mi orden? Sólo estaba utilizando a tu dama de la corte por tu propio bien, y me aseguraré de que no vuelva a suceder…»
«Sí, no debería volver a ocurrir. Pero no me refiero a eso».
«¿Qué?», preguntó.
«Ella desobedeció mi orden de restricción. Estoy pensando en manejar esto de acuerdo con la Ley Imperial. No es urgente, ¿verdad? ¿O necesitas a esa chica ahora? ¿Su Majestad?»
«Bien… Sin duda, ese fue su error».
«No la mataré, así que no te preocupes, y anula tu orden de que venga de inmediato», dije.
«Lo haré», respondió el Emperador tras una pausa.
Levanté lentamente la parte superior de mi pecho. Noté que la ira que estaba en todo mi cuerpo había disminuido, pero descubrí que una bola dura y caliente se había formado justo debajo de mi corazón.
Ahora tenía que ceder a este, pero nunca lo olvidaría. Jamás.
Estaba a punto de darme la vuelta, pero al no poder contenerme, pregunté: «¿Te has enamorado de ella?»
El rostro del Emperador se llenó de sorpresa. No como una persona culpable, sino como alguien que nunca había considerado esa posibilidad.
Pero…. pronto se volvería así.
¡Ding!
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Has entrado en el estado de ‘Confinamiento’.
El evento ‘La llamada del Emperador’ se cancelará automáticamente.
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‘¿Eran en total seis encuentros fortuitos los que necesitaba?’ Podía decir que estos no ocurrirían de ninguna manera por pura casualidad. El Emperador ya había cambiado.
Este cap tardo porque hicimos cambio de traductora, pueden dar la bienvenida a Sunny, quien llevara esta novela antes de que yo muera saturada por ella; tardo para familiarizarse con raws; ella llevara los nombres como el manhwa legalizado; así que mas adelante se editaran los capítulos que ya tenemos, gracias por su comprensión
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